Como se ve, el camino ya está allanado para la introducción de la Marca de la Bestia. Tanto la tecnología como la plena aceptación de ésta por parte del público se están plasmando. Casi todos los días oímos hablar del Nuevo Orden Internacional o de la Aldea Global. Paulatinamente la opinión pública va interiorizando estos conceptos. Mientras tanto, el mundo va rumbo a un sistema económico y político internacionalista desprovisto de dinero en efectivo; una sociedad controlada por un banco de datos electrónico que cubre todo el orbe, rastrea a cada hombre, mujer y niño, y registra dónde cruza fronteras y cuándo compra o vende algo. Es decir, ¡una sociedad igual a la presagiada en el capítulo 13 del Apocalipsis hace casi 2000 años!
«Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro... Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos...» (Apocalipsis 14:9,10).
Este castigo puede parecer muy severo, por el solo hecho de aceptar una marca que permita la compra de víveres. Sin embargo, esta profecía indica que hacerse colocar la Marca de la Bestia no es una decisión meramente económica, sino que equivale a aceptar y rendir culto al Anticristo —un hombre poseído por Satanás— y supone una declaración de lealtad a su régimen mundialista antidiós.
miércoles, 23 de mayo de 2007
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