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Adoración Cristiana ... La adoración es un privilegio del cristiano. Es una experiencia espiritual en la cual los creyentes se entregan en comunión y confraternidad con el Padre que está en los cielos, es el momento cuando conscientemente se siente, se da adoración, amor y gratitud a Dios. Es el momento de acercamiento reverente ante Dios omnipotente como sus hijos por la gracia.
. Lo primero para prepararse para una oración provechosa es tener un espíritu humilde el cual reconozca la gracia de Dios al darnos este privilegio. Igualmente importante es contar con un espíritu arrepentido el cual sea sumiso a su Señorío y voluntad superior para nuestra vida diaria. Cuando estas actitudes prevalecen, la adoración está llena de significado y recompensa (Salmos 51:17).
El servicio de adoración usualmente incluirá un momento de oración, de alabanza y de sermón. Durante los servicios de adoración pública también debemos dejar frecuentemente momentos para la reflexión, meditación y decisión.
Así como la adoración pública ayuda a los cristianos a crecer en gracia, ésta es el punto de enfoque del ministerio local de la iglesia. Debido a que es un testimonio a la comunidad que lo rodea sobre la importancia de la adoración a Dios, los miembros deben asistir regular y fielmente a los servicios de su congregación. Deben inculcar la misma práctica religiosa a sus hijos con la convicción de que así ellos orientarán a sus propios hijos hacia la salvación y a la adoración a Dios.
Desde el principio de su vida terrenal (Mateo 2:2) y a través de los tiempos, el Señor Jesucristo ha sido es y será objeto de adoración. Lo hacemos centro de nuestra adoración y nos regocijamos colectiva y personalmente dándole alabanza y adoración como Dios. Sin su presencia, a través del Espíritu Santo, nuestra adoración no tendría significado ni profundidad.
. Lo primero para prepararse para una oración provechosa es tener un espíritu humilde el cual reconozca la gracia de Dios al darnos este privilegio. Igualmente importante es contar con un espíritu arrepentido el cual sea sumiso a su Señorío y voluntad superior para nuestra vida diaria. Cuando estas actitudes prevalecen, la adoración está llena de significado y recompensa (Salmos 51:17).
El servicio de adoración usualmente incluirá un momento de oración, de alabanza y de sermón. Durante los servicios de adoración pública también debemos dejar frecuentemente momentos para la reflexión, meditación y decisión.
Así como la adoración pública ayuda a los cristianos a crecer en gracia, ésta es el punto de enfoque del ministerio local de la iglesia. Debido a que es un testimonio a la comunidad que lo rodea sobre la importancia de la adoración a Dios, los miembros deben asistir regular y fielmente a los servicios de su congregación. Deben inculcar la misma práctica religiosa a sus hijos con la convicción de que así ellos orientarán a sus propios hijos hacia la salvación y a la adoración a Dios.
Desde el principio de su vida terrenal (Mateo 2:2) y a través de los tiempos, el Señor Jesucristo ha sido es y será objeto de adoración. Lo hacemos centro de nuestra adoración y nos regocijamos colectiva y personalmente dándole alabanza y adoración como Dios. Sin su presencia, a través del Espíritu Santo, nuestra adoración no tendría significado ni profundidad.
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